
Tras una excelente Casino Royale como el grandioso retorno
de 007, llegó dos años después Quantum of Solace, que se presentó como una continuación
de los hechos acontecidos anteriormente. Se nos vendió caviar y nos dieron un
sucedáneo...
Traicionado por Vesper, la mujer a la que amaba, 007 se
plantea su nueva misión como algo personal. Durante su investigación, Bond y M
interrogan a Mr. White, que les revela que la organización que chantajeó a
Vesper es mucho más compleja y peligrosa de lo que imaginan. El servicio de
inteligencia forense vincula a un traidor del Mi6 con una cuenta bancaria en
Haití, donde Bond conoce a la bella pero combativa Camille, una mujer que tiene
sus propios motivos para vengarse. Gracias a Camille, Bond descubre la
existencia de Dominic Greene, despiadado hombre de negocios y miembro
importante de la misteriosa organización. Durante una misión que lo lleva a
Austria, Italia y Sudamérica, Bond descubre que el objetivo de Green es
controlar, con la ayuda del general Medrano, uno de los recursos naturales más
importantes del mundo, pero para ello tiene que derrocar al gobierno de un país
sudamericano. A medida que Bond se acerca al responsable de la traición de
Vesper, debe actuar con más rapidez que la CIA y los terroristas si quiere
desmantelar el siniestro plan de Greene.
Para empezar, parece que haya sido despojada del humor, la
elegancia y el estilo reinventado -de la vieja escuela- de Casino Royale. A
'Quantum' le han dejado poco excepto el argumento, que es rudimentario y
ligeramente excéntrico, en la línea de los films de Roger Moore de los 70 y 80.
Daniel Craig afronta una nueva entrega y consigue mantener el tipo con su
interpretación mientras baila con mercachifles todo el tiempo. Sus escenas de
acción se incrementan pero con cierto sinsentido. Alerta que si sabemos separar
el agua del aceite encontramos que la continuación de la historia anterior
tiene consistencia, pero lo que realmente zozobra es la trama principal que no
hay por donde cogerla siendo simple, vacía y ramplona.
La chica Bond, Olga Kurylenko, intenta ser una atormentada y
acaba pareciendo más perturbada que otra cosa. No tiene la inteligencia y el
saber estar de Eva Green, esto es lo que pasa cuando pones a una Modelo/actriz
(chistaco de zoolander) y no a una verdadera actriz.

El villano, es lo más estúpido e ilógico de la película que
ni siquiera llega a la suela de los zapatos de una cucaracha cabreada. Intentan
desarrollarlo y hacerlo más malote si cabe pero NO CONSIGUEN NADA.
En conclusión: Quantum of solace, sigue siendo un buen Bond,
aunque flojo e irregular, sin conseguir el dinamismo de Casino Royale. El cambio de rumbo sufrido por el personaje
desdibujó lo que creíamos que iba a ser y lo lleva en otra dirección
completamente diferente.
Pronto, exactamente hoy, veremos su siguiente entrega:
Skyfall.

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