
De la aclamada novela juvenil sobre un futuro nada alentador
llegó durante el pasado año la película Los Juegos del Hambre, con el consabido
éxito de taquilla, durante un par de semanas sus legiones de fans y curiosos, entre los que
no me hallo, llenaron los cines para su visionado.
Lo que en el pasado fueron los Estados Unidos, ahora es una
nación llamada Panem: un imponente Capitolio ejerce un control riguroso sobre
los doce distritos que lo rodean y que están aislados entre sí. Cada distrito
se ve obligado a enviar anualmente un chico y una chica entre los doce y los
dieciocho años para que participen en los Hunger Games, que son transmitidos en
directo por la televisión. Se trata de una lucha a muerte, en la que sólo puede
haber un superviviente. Katniss Everdeen, una joven de dieciséis años, decide
sustituir a su hermana en los juegos; pero para ella, que ya ha visto la muerte
de cerca, la lucha por la supervivencia es su segunda naturaleza.
La premisa parece atractiva. El género de ciencia ficción
basado en distopías ha sido explotado en multitud de ocasiones para la gran
pantalla, con mayor o menor acierto según se vea, mi favorita es Equilibrium
que no fue estrenada en España.
Antes de nada señalar que no estamos ante una novela sobre
vampiros de cartón piedra, esta es una historia buena, donde lo juvenil da paso
a la supervivencia más adulta. Se ha de agradecer la frescura de la temática
antes de ponerse a analizar el quiero y no pudo que es realmente este filme.
Cansado estoy de ver la cámara en el hombro queriendo dar sensación de
realismo, se ha demostrado una y otra vez que para mostrar la acción no has de
ser un inepto y esto le resta enteros.
Sorprende ver a un Woody Harrelson bastante metido en su
papel de, sorpresa, borrachuzo y loco… Algunos dirán que su personaje es más
complejo, aún no lo ha demostrado. Lenny Kravitz se atreve con una actuación
pésima y la actriz protagonista es la única que brilla con luz propia haciéndonos
totalmente creíble un personaje de ruda fémina.

Técnicamente es una de las películas de “bajo” presupuesto
que ha recuperado con creces lo invertido y esto se nota mucho en muchas
escenas. Las relaciones entre personajes no son para nada creíbles, pero al
menos cuentan una historia entretenida. Recalcar que sus efectos especiales
bien podrían haber sido paridos por la marca Hacendado, aunque he visto casos
peores…
En conclusión: Los juegos del hambre nos hacen pasar un rato
sin pena ni gloria dejando abierto el final para una interminable nueva saga
que más le vale mejorar y que tiene potencial para hacerlo.
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